Aleksandr Duguin: El Grupo de Visegrado como el proyecto de la Gran Europa Oriental

Interview with philosopher Alexander Dugin about the Central European region and Visegrád Group. Photo: wikimedia commons
Interview with philosopher Alexander Dugin about the Central European region and Visegrád Group. Photo: wikimedia commons
30.06.2018

Entrevista con el filósofo Aleksandr Duguin sobre la región de Europa Central y el Grupo de Visegrado

¿Qué países, en su opinión, pertenecen a la región de Europa Central? ¿Qué les hace diferentes de Europa Occidental u Oriental?

En primer lugar, este concepto de Europa Central (Mitteleuropa) fue introducido por Friedrich Naumann como parte de la visión alemana del espacio geopolítico europeo. Alemania se considera que es un polo de atracción para otros países, un tipo de potencia especial que está claramente diferenciada de Europa Occidental. Pero al mismo tiempo, los alemanes entendían que hay muchas diferencias entre algunos de estos países – entre Polonia, Rumanía, y demás. Y ellos introdujeron el concepto de Europa Central, que debería considerarse esencialmente como una zona de influencia alemana.

Así pues, el término “Europa Central” fue acuñado por los alemanes para preparar un gran espacio, pero nunca estuvo plenamente unida en lo político y geopolítico. Pero al mismo tiempo, se consideraba como algo para estar unido, que debería estar unido. El filósofo alemán Carl Schmitt formuló una teoría sobre los “grandes espacios” (Grossraum), que es la primera etapa de la integración política. Cuando hablamos en términos de gran espacio, queremos decir una unidad potencial geográfica y geopolítica (tal como la doctrina Monroe), una zona de influencia, que debería integrarse paso a paso en alguna entidad política. Por un lado, Europa central estaba conectada con el proyecto de la Gran Alemania, y describía la zona de influencia de Alemania diferente de Europa Occidental – como, por ejemplo, desde Francia por un lado, así como desde la zona de influencia rusa que podría ser etiquetada como “Europa Oriental” en un sentido más estrecho en el otro. Esta fue la razón histórica y geopolítica para introducir la noción de Europa central.

Veamos otra concepción de esta región: Europa Oriental (Ost Europa). Este término se aplica generalmente a aquellos los países que están situados al este de Alemania y al sur de Austria, con Alemania y Austria siendo considerados como parte integrante de Europa occidental, donde están unidos con Francia, Italia, España y Bélgica, Países Bajos y Gran Bretaña en el espacio romano-germánico (usando la terminología de Nikolai Danilevsky). En esta visión, Europa Oriental es la zona entre el Oeste y Rusia (Eurasia). Europa Oriental siempre ha sido importante para Rusia, pero también para los europeos occidentales, y sobre todo para los geopolíticos anglosajones, porque consideraban a Europa Oriental como una especie de cordón sanitario entre Alemania y Rusia. Esta idea fue desarrollada por Harold Mackinder.

No podemos trazar delineaciones estrictas que separen Europa Oriental de la central, porque hay zonas superpuestas. Por ejemplo, Europa Oriental puede superponerse con el espacio ruso (euroasiático), o con Europa Central. En geopolítica, el uso de estos términos depende del punto de vista de uno mismo.

¿Qué piensa sobre el Grupo de Visegrado y sus perspectivas?

Creo que el Grupo de Visegrado es una idea muy interesante y revolucionaria para unir algunas de las potencias de Europa Oriental, es decir, aquellas que perciben en grado creciente sus diferencias con respecto al resto de Europa en cuanto a los valores, las normas sociales y la orientación tradicional de sus sociedades. Este es el tipo de identidad particular que es propia de los países de Europa Oriental, pero en relación con su especificidad: Identidad polaca, identidad húngara, identidad checa, identidad eslovaca, etc. Estos países de Europa Oriental tienen una misión geopolítica especial, una historia especial, y un papel especial que desempeñar en el contexto europeo.

El Grupo de Visegrado es un nuevo intento de dar una forma de soberanía al espacio de Europa Oriental – no solo sobre una base geográfica sino como una especie de civilización especial, o sub-civilización dentro de la civilización europea. El principal punto de separación que ahora está aconteciendo entre el Grupo de Visegrado y el resto de la UE es un paso hacia una posible salida de Europa del Este de la UE.

Brexit fue un adiós a la UE desde su segmento más occidental, el polo anglosajón. Los ingleses se sentían incómodos con la burocracia de la UE, las leyes que imponía a la sociedad británica tradicionalmente independiente y la carga del euro-idiotismo. Lo mismo podría pasar con el Grupo de Visegrado, teniendo en cuenta la creciente insatisfacción y decepción con la UE en esos países. La misión del Grupo de Visegrado es exigir la soberanía real, hacer un llamamiento a la defensa de su identidad civilizacional, y emprender esfuerzos para garantizar su correcta expresión geopolítica.

¿Cuál es la principal particularidad que distingue al Grupo de Visegrado en relación a la UE?

Creo que esto ocurre principalmente en forma de conservadurismo y cierto grado de arcaísmo. Por ejemplo, en Polonia existe una fuerte tradición católica, los checos se sienten orgullosos de ser checos y, por supuesto, hay una identidad húngara única, bien basada en su historia y que se ha visto afectada por la disolución ultraliberal de todos los valores nacionales. Esta disolución está siendo promovida especialmente por George Soros y las ONG financiadas por él. Los desacuerdos filosóficos entre los conceptos detrás de las Fundaciones de la Open Society (Sociedad Abierta) y aquellos de la sociedad tradicional, es el principal factor detrás del enfrentamiento entre el Primer Ministro Viktor Orbán, que cuenta con el fuerte apoyo de la gran mayoría de los húngaros, y Soros.

Cada miembro del Grupo de Visegrado está tratando de defender su identidad tradicional. Pero la línea política principal y la ideología esencial de la UE están tratando de disolver estas identidades. La llamada ideología de los derechos humanos se niega de manera inherente a reconocer cualquier tipo de identidad colectiva, incluyendo aquellas de la nacionalidad y la ciudadanía. De ahí, vemos la migración provocada e incontrolada, los refugiados, la autodestrucción europea, etc. El multiculturalismo destruye la sociedad desde adentro. El Grupo de Visegrado se niega a aceptar todo eso.

¿Existe la posibilidad de una alianza / Estado / federación independiente centro-europea?

Creo que el Grupo de Visegrado es el comienzo de la creación de una estructura muy interesante. Podemos denominarlo como el proyecto de la gran Europa oriental. Ya hay algunas ideas y nociones sobre cómo se debe construir. Este proyecto se concibe como una visión más tradicional y conservadora de Europa. Así pues, el Grossraum de Europa Oriental (prefiero usar el término Europa Oriental y no Europa Central, por las razones que ya he mencionado) podría ser un polo en sí mismo en el contexto más amplio de la multipolaridad. Por un lado, podría representar a Europa, pero a una Europa alternativa, con claras características, valores y cultura de Europa, pero más conservadora, tal vez más cercana a la Europa moderna o incluso pre-moderna. Podría considerarse como una versión alternativa al desarrollo de la historia europea – en otras palabras, no en la dirección del liberalismo radical y la posmodernidad. La Gran Europa Oriental podría ser una especie de unidad basada en los valores tradicionales, la cultura y la episteme de la etapa anterior a la disolución ultra-liberal posmoderna: Una sociedad sólida y solidaria en lugar de una sociedad líquida (según Zygmunt Bauman). Podría ser la parte de Europa que elige una orientación alternativa. Y cuanto más observamos lo que Viktor Orbán y los otros líderes conservadores de los países de Visegrado dicen y hacen, más vemos que esta Gran Europa Oriental se manifiesta como una alternativa real. No debería ser incondicionalmente pro-rusa; debería ser europea, pero ni europea pro-occidental ni atlantista.

El Grupo de Visegrado podría convertirse en el centro de una Europa alternativa y quizás podría eventualmente incluir a Bulgaria, Serbia, los Balcanes y también a Austria. Austria, con su firme voluntad de defender su estatus neutral y sus valores tradicionales, y su deseo de controlar fuertemente la inmigración, es un candidato lógico para esta emergente Europa alternativa. Grecia, que también está descontenta con la UE, también podría unirse a ella, y en el futuro tal vez incluso Italia o Suiza. El Grupo de Visegrado podría convertirse en el centro de la reorganización total de todos los espacios europeos.

Creo que Rusia podría desempeñar un papel positivo en este proceso. Tal Europa podría ser una Europa neutral, o tal vez una Europa finlandizada (si recordamos, durante la Guerra Fría, Finlandia intentó ser independiente tanto de Moscú como de Washington simultáneamente). Entonces, podemos considerar este Grupo de Visegrado en el contexto del proyecto de la Gran Europa Oriental, y podría ser el polo geopolíticamente neutral, ideológicamente tradicional y políticamente conservador de Europa. Este proceso se desarrollará paso a paso, pero creo que sucederá en un futuro no muy lejano. Hay muchos factores que facilitarán la aceleración de este proyecto. La UE necesariamente continuará con la misma política de inmigración, promoviendo la transgénesis, el transhumanismo, la posmodernidad, etc. Alemania continuará insistiendo en su dominación económica de toda Europa. Pero, por otro lado, también tendremos la creciente soberanía geopolítica de Rusia. Todo eso dará mayor urgencia al desarrollo de una nueva alternativa.

Vemos que Bruselas está ejerciendo una gran presión sobre estos países. Un buen ejemplo es la reciente victoria electoral de Orban – tras las elecciones, todos los medios occidentales hablan de su “dictadura” y “falta de democracia”. ¿Cómo podrían resistir y luchar estos países?

En primer lugar, es muy lógico que los eurócratas presionen al Grupo de Visegrado. Creo que intentarán imponer sus reglas y su agenda mediante revoluciones de color y guerra en redes, utilizando las ONG que Soros y otras estructuras globalistas han sido plantadas en todas partes. Entonces habrá, y ya existe, una gran presión: Política, económica, diplomática, etc. Es completamente natural.

Sin embargo, creo que hay posibilidades de que encuentren apoyo. Rusia también está interesada en reforzar al Grupo de Visegrado, no porque Rusia desee retomar su zona de influencia tradicional (no es posible, de todos modos), sino porque nos interesa que pudiera ser independiente de Bruselas y que pudiera debilitarla. La presencia de estructuras globalistas en Europa. Rusia apoyará la neutralidad y el crecimiento de la independencia en Europa del Este. Creo que la mayoría de los movimientos conservadores y populistas en Europa y América podrían apoyar tal iniciativa. Lo mismo es cierto para las tendencias socialistas y anticapitalistas.

¿Qué tipo de relación es posible para esta región con los EEUU, Rusia, y China?

Creo que Rusia es ahora el aliado natural del Grupo de Visegrado. En parte, esto es por Orbán. En Polonia, hay mucha rusofobia. Pero esta es una cuestión de memoria histórica, y también hay intereses nacionales reales y cálculos racionales involucrados. Creo que para la Polonia moderna, Rusia representa una nueva oportunidad en lugar de un viejo enemigo. En tiempos anteriores, Rusia significaba la ruina de Polonia, y el pueblo polaco tenía muchas razones para odiar a Rusia. Pero hoy, una vez que miramos más allá de todo eso, los cálculos fríos y racionales muestran que tener hoy buenas relaciones con Rusia podría ser un tema importante para la Polonia conservadora y tradicionalista. Rusia podría ser un socio clave.

Creo que China también podría jugar un papel positivo. China está muy lejos, es muy única y promueve sus propios intereses. En el contexto de la creación de un mundo multipolar, China tiene todos los recursos para ayudar al proyecto del Gran Europa Oriental.

Si Trump se convirtiera en el verdadero Trump y no en un simulacro, Estados Unidos también podría desempeñar un papel positivo, pero no ahora, porque actualmente no son los EEUU de Trump, sino un agresivo neocolonialista y un país intervencionista. Parece que Trump ha sido secuestrado por neoconservadores y grupos fanáticos de oficiales militares, que están tratando de comenzar una guerra global. Entonces, en la situación actual, Estados Unidos no puede ser un aliado de Europa Oriental. Hoy en día, la política estadounidense es una mezcla de globalismo de extrema derecha junto con ideologías izquierdistas destructivas y de extrema izquierda (grandes negocios junto con el marxismo cultural, lo cual es una alianza mortal).

De todos modos, creo que Europa Oriental ha de encontrar sus aliados en todas partes. En esta situación, Rusia y China serían sus principales partidarios.

¿Cuál es su opinión sobre la Iniciativa de los Tres Mares?

Creo que es una consecuencia de las tendencias previas en Europa Oriental, cuando fue utilizada por los globalistas para destruir la influencia rusa y soviética en Europa. Surgió de la idea de que Rusia es el principal enemigo, una especie de continuación de la mentalidad de la Guerra Fría. En términos políticos, esto se realizó en términos de integración en la OTAN y en la UE. Como resultado, existe una contradicción entre la continuación de varios proyectos destinados a destruir la influencia rusa y la ideología del Grupo de Visegrado. Creo que es hora de que se den cuenta de sus intereses comunes con Rusia: Permitir que Rusia organice el suministro de energía a Europa Occidental con la participación de Europa Oriental. Pero Europa Oriental debería asegurar sus propios beneficios y no sabotear estas iniciativas. El renacimiento de su estado de cordón sanitario es contradictorio con el crecimiento de su soberanía. Pero ahora la existencia del Grupo de Visegrado muestra que está comenzando un giro en una dirección completamente nueva. La integración de Europa Oriental como el espacio entre Tres Mares debería estar determinada por la elección civilizacional y por la defensa de sus valores tradicionales.