Venezuela: Crisis y escalada hacia una guerra híbrida

27.01.2019

El país suramericano entró en una nueva fase de crisis política interna el 23 de enero de 2019, día en que Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela se declaró presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Por su parte, el presidente venezolano Nicolás Maduro negó la legitimidad presidencial de Guaidó y declaró que estaban ante un intento de golpe de Estado.

Cabe mencionar que Nicolás Maduro venció en las elecciones presidenciales celebradas en mayo de 2018, y en enero de 2019 estaba previsto que tomara posesión de la presidencia para el periodo 2019-2025. Aquellas elecciones estuvieron envueltas en críticas nacionales e internacionales que las señalaban como elecciones plagadas de irregularidades. Incluso tuvo lugar un supuesto intento de magnicidio contra el presidente Maduro en agosto de 2018.

A raíz de la crisis política comenzada desde principios de 2019 se han desencadenado reacciones y respuestas de numerosos países del mundo, en especial de las principales potencias.

Situación internacional

Por una parte los Estados Unidos del presidente Trump rápidamente reconocieron la legitimidad de Guaidó como presidente de Venezuela. A ellos se unieron otros países iberoamericanos principalmente aquellos que conforman el Grupo de Lima (un grupo de 14 países americanos creado en agosto de 2017 con la finalidad de terminar pacíficamente la crisis política y humanitaria en Venezuela); y desde Europa hay una postura todavía por esclarecer pero el presidente español, Pedro Sánchez y su ministro de Exteriores, Josep Borrell, ya han elevado un llamamiento al presidente Maduro para que en el plazo de 8 días convoque elecciones. Y el presidente Maduro le devolvió la oferta electoral al señalar que Pedro Sánchez es presidente por moción de censura y no por elecciones.

Por otra parte, Rusia, China, Irán, Turquía, Bolivia, Uruguay y otros países, siguen reconociendo a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela y señalan que esta situación es una injerencia extranjera, especialmente estadounidense, en la política interna de Venezuela.

Retrospectiva histórica

El gobierno de Nicolás Maduro desde 2013 se ha caracterizado por un empeoramiento constante de la situación social, económica y de seguridad de los venezolanos. Hasta tal punto ha sido que millones de venezolanos han emigrado debido a la dura situación en el país. La híper-inflación, los crímenes y la falta de perspectivas han llevado a Venezuela a una profunda crisis que el gobierno de Maduro es incapaz de resolver. Mientras tanto la oposición interna al “chavismo de Maduro” no ha parado de crecer al ritmo que la situación venezolana ha ido empeorando.

No obstante, esta situación no es atribuible únicamente a la ineptitud de Maduro como presidente, sino también a la situación creada en los últimos años del presidente Chávez, ya que se alejó de sus primeras perspectivas en pos de crear la Patria Grande iberoamericana, y cayó en puro sectarismo izquierdista e indigenista que le alejó de todos los posibles apoyos fuera de su estrecho círculo ideológico.

Amigos y enemigos

El punto internacional más distintivo de la crisis actual es la rápida escalada internacional de apoyos a Guaidó y a Maduro. Unos apuntando a derrocar al gobierno actual y los otros apuntando hacia su sostenimiento. Y mientras tanto, la Unión Europea mantiene una postura intermedia y exigen que en un breve plazo Maduro convoque elecciones anticipadas en Venezuela, y en caso de que no lo haga reconocerán a Guaidó como presidente legítimo.

Tal como está escalando la situación, podemos esperar que desde EEUU intenten emplear proxis locales en Venezuela como de países vecinos tales como Colombia y Brasil para tensar la situación y llevar la crisis hasta el punto en que puedan declarar desde EEUU que Venezuela necesita una intervención humanitaria, siguiendo los escenarios que ya ejecutaron en Libia e intentaron seriamente en varias ocasiones con Siria. No obstante, en este caso Venezuela si tiene apoyo de dos grandes potencias mundiales como son Rusia y China, con lo cual parece descartado que desde los EEUU quieran lanzar una intervención humanitaria armada contra Venezuela.

Si algo puede evitar dicha intervención, no son las posibilidades de éxito que pueda tener una coalición ruso-china para enfrentar al poder de los EEUU y sus aliados, sino la posibilidad de contra-acciones económicas y políticas ruso-chinas en otras partes del mundo. Porque las verdaderas razones de las tensiones geopolíticas en el mundo actual no son por cuestiones militares, sino económicas. El factor militar es la última frontera, que sirve para asegurar los intereses económicos de las grandes potencias allá donde tienen alcance.

No todo es petróleo

Venezuela está reconocida como el país del mundo con mayores reservas de petróleo. Por ello se tiende a creer por muchos que la razón de los ataques estadounidenses contra Venezuela se debe a tanta cantidad de hidrocarburos bajo el suelo venezolano. No obstante, no todo es por petróleo, ya que los EEUU nunca dejaron de comprar petróleo venezolano y actualmente están a punto de ser autárquicos en consumo petrolífero por la manera extractiva de la fractura hidráulica (fracking). Es decir, que los EEUU no tienen necesidad en estos momentos de conquistar el petróleo venezolano.

Las razones del apoyo estadounidense a la oposición venezolana hay que encontrarlas en su siempre presente doctrina Monroe, destinada a sustentar un continente americano lleno de pequeños súbditos estadounidenses o gigantes enfrentados entre sí, que nunca supongan un rival para el poder estadounidense en el continente americano. En este sentido, la crisis venezolana sirve para polarizar Iberoamérica entre una posición continental (telurocrática) y una posición de numerosos países fragmentados que juegan al servicio de las potencias marítimas (talasocracia).

Chávez fracasó en la creación de una base sólida donde asentar la idea iberoamericana de la Patria Grande, y acabó tratando de reconstruir una especie de castro-chavismo izquierdista que recibió diferentes nombres como socialismo del siglo XXI o bolivarianismo. Lo cual sirvió para polarizar en vez de aunar las perspectivas geopolíticas en los países de Iberoamérica.

Conclusiones

En definitiva, la crisis actual en Venezuela tiene una evidente responsabilidad en la ineptitud de las políticas chavistas desde hace 20 años, y una evidente ansia por establecer nuevos gobiernos súbditos en los países Iberoamericanos por parte de los gobernantes estadounidenses.