La España de Sánchez: De la moción de censura al abismo globalista
Allá por el 1 de junio de 2018 aconteció en España algo novedoso e inesperado: Una moción de censura victoriosa que llevó a Pedro Sánchez (PSOE) al palacio presidencial. El partido de Sánchez solo tiene 84 escaños, y para conseguir la victoria en esta moción reunió apoyos de Unidos-Podemos, ERC, PDeCAT, PNV, Bildu, Compromís, y Nueva Canarias, sumando 180 escaños (en 176 se halla la mayoría absoluta). Es decir, ahora tenemos un gobierno socialista en minoría apoyado por comunistas, y separatistas vascos y catalanes. Además, Pedro Sánchez ni siquiera es diputado en el Congreso, lo cual es legal pero muy sorpresivo en cuanto a legitimidad electoral (los partidos de izquierda siempre hablan de legitimidad en las urnas pero Sánchez es presidente por una moción de censura, no por elecciones).
Hablando de urnas y elecciones, Sánchez dijo en principio, que sería un presidente temporal hasta la convocatoria de nuevas elecciones anticipadas. Primera mentira, pues rápidamente anunció su intención de agotar la legislatura hasta 2020. En vista de las reuniones y propuestas que ha tenido el gobierno de Sánchez y sus ministros a lo largo de estas semanas, se entiende fácilmente la razón de fondo que sostiene a este gobierno sorpresivo.
En estos casi dos meses de gobierno de Pedro Sánchez la tónica general ha sido la proposición masiva de acciones inútiles, que ocultan los asuntos realmente preocupantes que durante los últimos meses del gobierno de Rajoy se estaban tratando, como por ejemplo, el futuro de las pensiones y la reforma laboral. Ahora los problemas sociales se resumen en: Memoria histórica, paridad y género, subida de impuestos, acoger inmigrantes, y el problema separatista.