De hecho, Hillary Clinton, se ha asegurado su nominación como candidata oficial demócrata en las elecciones presidenciales. Ahora se celebra el proceso formal de su elección como candidata. El sistema de los superdelegados, que son funcionarios del partido, y los recientemente conocidos esfuerzos del Comité Nacional del Partido por violar todas las reglas y normas morales, que jugaron a favor de Clinton y en contra de Bernie Sanders, no fueron en vano. Sin embargo, el escándalo por la publicacción de los documentos en Wikileak, y la negativa de la mayoría de los partidarios de Bernie Sanders a apoyar a Clinton, a pesar de la llamada del propio Sanders, puede costar mucho a la reputación de Hillary Clinton. Por lo tanto, para ella es vital demostrar la unidad de los demócratas en su apoyo. Pero no se espera esta unidad.
Es poco probable que Obama y Biden puedan tener un gran impacto en la convención sobre los partidarios de Bernie Sanders y, con mayor razón, en el propio país. El primero de ellos ha fallado a la izquierda estadounidense: en lugar de la paz prometida, desencadenó la guerra en Libia y Siria, contribuyó a un cambio de régimen en Oriente Medio, y ayudó a llevar a cabo un golpe de Estado en Ucrania que se ha convertido en una guerra sangrienta. Biden fue un fiel asistente de Obama, y es conocido como un halcón no menos agresivo que Hillary Clinton. Además, la estratificación social de la sociedad estadounidense incluso ha aumentado y, precisamente, durante la presidencia de Obama, los asesinatos de afroamericanos alcanzaron su nivel más alto en Estados Unidos.
Pero, una vez más, los neoconservadores salieron en apoyo de Clinton. Los fanáticos rabiosos del imperialismo americano y de la revolución liberal del mundo, ex trotskistas, y discípulos del filósofo Leo Strauss, que se consideran a sí mismos como la élite elegida que debe de regir a los americanos, por las buenas o por las malas, y que capaces de hacer cualquier trampa, han apostado por una mujer conocida por su postura de línea dura. Los neoconservadores intentan crear un imperio liberal a costa de los Estados Unidos, basado en el potencial económico, político y militar estadounidense. Para el resto del mundo, una pareja formada por los neoconservadores y Hillary Clinton significaría el rumbo hacia la guerra.
Clinton no será capaz de unir al partido. Muchos demócratas van a votar por Donald Trump, o ignorarán estas elecciones, protestando así contra la nominación de Clinton y contra un sistema viciado y corrupto. Sin embargo, junto con los neoconservadores, los seguidores fanáticos de la excepcionalidad estadounidense y los partidarios de la guerra contra el resto del mundo se unirán a las filas de los partidarios de Clinton.