Según los periódicos The Independent y The Guardian, el rey de Jordania, Abdullah II, en un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos el pasado 11 de enero, declaró que la formación y el envío de terroristas a Europa es parte de la política de Turquía, que además compra crudo al grupo terrorista.
El monarca jordano es uno de los gobernantes más pro-occidentales de la región, fue educado en el Reino Unido y es leal al Reino Unido y a los Estados Unidos. El hecho de que hiciera tales declaraciones, y que fueran de naturaleza pública, indica un cambio en la actitud del Occidente hacia Erdogan. Anteriormente, a pesar de declaraciones similares realizadas por Rusia, Occidente prefirió no tenerlas en cuenta. El régimen jordano tampoco está interesado en el fortalecimiento de Turquía. La principal oposición al rey es la "Hermandad Musulmana", que es apoyada por Turquía y Qatar. Además, Turquía está tratando de reforzar su influencia entre los palestinos, y los refugiados de Palestina constituyen ahora la mayoría de la población de Jordania.
Después de que Rusia retirara una parte significativa de sus fuerzas militares de Siria y comenzara las negociaciones con los Estados Unidos, el deseo de Ankara por presionar a Moscú y Damasco desapareció. Occidente ya no necesita apoyar el fortalecimiento de Turquía, que no interesa, como tampoco el de Rusia. Siguiendo a Occidente en Siria, Erdogan rompió las relaciones con Rusia, pero el apoyo occidental parecía ser temporal. Por lo tanto, debido a las acciones de su gobierno, Turquía se ha quedado aislada.