Bastrykin alude directamente a la amenaza culpable del crecimiento del extremismo en el oeste de Rusia, mostrando la lógica del pensamiento en el enfoque geopolítico. "En la última década, Rusia y también otros países, viven en una situación de guerra llamada "híbrida", desatada por los Estados Unidos y sus aliados", dijo Bastrykin. Los instrumentos de esta guerra son las "sanciones comerciales y financieras, la guerra en el mercado de los hidrocarburos y las guerras de divisas, así como el aumento del nacionalismo y el radicalismo islámico, con el apoyo de los Estados Unidos".
En términos de confrontación con Occidente, según el jefe del Comité de Investigación, Rusia debe formular una idea nacional clara y no occidental. Se trata de crear una ideología de Estado, lo que conlleva sustituir la ideología liberal estadounidense. Además, propone introducir responsabilidad penal por la negación de la interpretación de la Historia aceptada oficialmente.
En el ámbito de la lucha contra las amenazas en el espacio informativo, a Rusia se le recomienda aprender de la experiencia de China en el campo de la gobernanza de Internet, es decir, ir del modelo liberal de Internet abierto (similar a la "sociedad abierta"), hacia el concepto soberano de Internet. Se espera reforzar significativamente el control estatal sobre la parte rusa de la Red mundial.
El Comité de Investigación de Rusia también propone penalizar la producción y el uso de bitcoins y otras criptomonedas. Esto se basa en el hecho de que estas herramientas se utilizan a menudo para financiar el terrorismo. Sin embargo, la criptomoneda también conlleva un peligro para el Estado al destruir el monopolio de los bancos centrales en la emisión monetaria, lo que socava la soberanía nacional. Hay versiones que apuntan al nacimiento de la criptomoneda en las profundidades de las agencias de inteligencia occidentales, y el creador del Bitcoin, Satoshi Nakamoto (al que nadie ha visto nunca), sería una tapadera de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana.
Se espera que para combatir el extremismo islámico haya que prestar mucha atención a los inmigrantes de los países islámicos, que cada vez más son terreno fértil para el crecimiento del extremismo islámico, y revisar las normas relativas a su estancia en Rusia con el objetivo de reforzar el control.